La educación es una fuerza transformadora. Todos los niños merecen aprender de una manera que satisfaga sus necesidades únicas. Mi propia pasión por la educación tiene sus raíces en las limitadas oportunidades que tuvo mi abuela en las escuelas segregadas de la época de Jim Crow. Ella sabía que quería algo mejor para mi padre y, luego, para mí. Su determinación y sacrificios implacables nos permitieron asistir a escuelas excelentes en la Costa Este.
 

Desde que me mudé al LWSD con mi propia familia hace 10 años, he presenciado la educación de alto nivel que se ofrece en las escuelas públicas aquí. También me han frustrado los obstáculos innecesarios que impiden que los estudiantes desarrollen todo su pleno potencial. Hoy en día, estos obstáculos suelen ser invisibles, pero son tan reales como los que enfrentó mi abuela.
 

En mi experiencia como gerenta de programas en Microsoft, aprendí la importancia de buscar activamente retroalimentación de las distintas partes interesadas y de priorizar los recursos para impulsar hacia soluciones impactantes. Como directora de la junta del LWSD, utilizaré las habilidades y experiencias que he desarrollado en Microsoft y como madre para hacer que nuestras escuelas sean más efectivas, equitativas e inclusivas para todos los estudiantes.
 

Creo que juntos, podemos hacer que las escuelas del LWSD sean mejores para todos. Gracias por su apoyo.